Ausencia en año y víspera de navidad.

     Para mí Diciembre siempre ha sido el mejor mes del año, cumple años mi madre, es la época de más trajín pero también de mas emoción, celebramos el nacimiento del niño Dios, compartimos más entre la familia y con los amigos o vecinos, desde niña en conjunto con mi familia hacemos este tipo de cosas, desde pintar y limpiar juntos hasta estar en la cocina hasta el momento de la cena donde, cuando llega, llega también la alegría de compartir y vamos en busca de la o él vecino. Agradecemos siempre a Dios por traernos el pan de cada día, por permitirnos estar vivos y sanos, por tener con quien compartir una vez más y poder estar unidos. 

     Cuando estas fechas llegan siempre suelo pensar en lo que debo agradecer haya sucedido, no importa que tan bueno o no tan bueno haya sido, de todo he aprendido a sacar lo mejor, de cada experiencia un motor por el cual ser impulsada hacia adelante, demos gracias por seguir con vida, con salud y tener a quien amar, demos gracias por las personas que hemos conocido este año de las cuales de algunas aprendimos a no ser como ellas y sacarlas de nuestras vidas, por las que conocimos y se han convertido en amistades que te demuestran su cariño de distintas formas, demos gracias por las caídas porque nuevamente pudimos constatar que nos podemos levantar conociendo una nueva forma de caer, demos gracias por los ciclos que terminan porque dan comienzo a uno nuevo, por la distancia que nos hace sentir mas, por la cercanía que nos abraza, por el amor que crece, por despertar luego de dormir, por poder seguir luchando cuantas veces sea necesario para ir más allá de donde estamos.

     Este año he sentido que ha pasado más rápido de lo que son en realidad 12 meses, estando en diversas situaciones siempre conocemos caras de personas donde muchas tienen nombres, caras con nombres que hacemos un poco cercanas sin pensar ni esperar recibir la espalda, cuando ese momento llega dudas incluso de su nombre y tratas de olvidar su cara, pues la mentira ha sido su principal guía, pero aunque no creamos de estas caras con nombres aprendemos aun más, mientras creen hacer daño con sus mentiras e hipocresía a los demás, se hacen daño a sí mismos, la mentira no es valor para seguir, no es para tener moral, no te hacer ser amado por Dios. 

     Asimismo, este año he sonreído un montón, donde he conocido gente que sé continuará en mi camino, he borrado metas para trazar nuevas, he soñado aun más, tal vez mi locura sea un poco mas grande, mis prioridades son otras, mis amigos puedo afirmar que eso son, mi amor por mi familia al fin es un poco meloso, Niño y Venus (nuestros perros) son mis lágrimas de amor.

     La distancia nos enseña a darle valor a muchas cosas y hacer más grandes los esfuerzos, sacrificio, dedicación, amor, humildad. Nos enseña que Pastor López en su canción El Hijo Ausente describía a la perfección lo que es no estar en la mesa y compartir la cena navideña con tu familia.

     A quien te hace mal deséale el bien, a quien te hace caer ayúdale a levantarse.
    Claro está quien necesita más de quien, dar sin esperar no es fácil pero es de valientes, cosas que agradan a Dios.

Nadie que desea el bien hará a nadie caer.
El amor de la familia sigue siendo amor aunque mar y kilómetros estén en medio.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un año más, ¿o es uno menos?

Palabras y expresiones que conocer de Panamá

Casi dos años lejos + conociendo el norte peruano ☺