Me rechazaron por ser venezolana, y no para un trabajo.

Una familia me rechaza por ser venezolana

¡Hooola! ¿Qué tal? 

Jajajaja
Algo que me decían intentara decir, nunca me imaginé. 

Hoooooolaaaa, hace poquito hice una publicación en mi Instagram y es que para contarles bien aquí vamos. 

      Xenofobia, que término, aff. Cuando inicié mi trabajo acá en Perú las palabras que recibí no las esperaba pero fueron adecuadas a un profesional, a una persona íntegra, además de decirme que persona veía en mi y lo seguro que estaba de que ahí dentro yo iba a dar todo, también me dijo que el peruano xenófobo es un ignorante, ¿porqué? -pregunté, a lo que su respuesta fue una breve historia de los años anteriores al Perú. 

      Después de todo esto, siempre he pensado que nunca importa de donde viene una persona sino en quien se convierte, no lo digo solo por nacionalidad sino también por estatus social, familia, educación. En este caso, claro está, es por nacionalidad, gracias a Dios no ha sido por trabajo ni por trato con personas en torno a eso, tampoco donde resido. 

     Llegué a Lima a mediados de febrero, encontré empleo como diez días luego de llegar, allí donde empecé solo duré unos días y es que en el mismo entorno tuve la oportunidad de iniciar trabajando de mi profesión. Seguido de esto alguien que había conocido en lo anterior siempre estuvo al pendiente de como iba, pues sino me sentía muy a gusto o sentía que era forzado podría volver al anterior pero a su vez, estuvo su apoyo. 

     Soy una persona tolerante, paciente, que piensa demasiado, nunca decae sin levantarse, que siempre intenta, en fin, tuve una buena crianza, bajo una familia católica, con principios y valores, también por juicio crítico y propio aprendí a valorar a cada persona por quien es, más que por cualquier otra cosa.

      Con esta persona logré amistad, que poco a poco sumaba confianza, compartíamos y nos ayudábamos siempre que era necesario, sin interés alguno, salía natural, y nunca llegó a pasar a más. Hasta tiempo después de que hubiesen pasado algunas cosas diversas en su vida y en la mía, el espacio entre ambos empezó a tornarse diferente, yo no paraba de hablar para que no existiera espacio incómodo, si no era yo, era él, atención, preocupación, importancia, todo esto empezó a darse; sin embargo algo de por medio pasó, entre temor la distancia volvió aunque en sí nunca se fue. 
Poco después ya era nuevamente una conversación aunque esta vez se hacía tensa, dado que no podía existir la libertad de expresar o hacer algo, había alguien más, sin embargo "era forzado, no era natural".
Pasado esto, tratamos de convertir todo a la amistad de antes, pero claramente a ninguno de los dos se le daba, una vez que se empezaba a charlar todo el interés volvía, así pues era mejor la distancia. 

Hasta hace poco... 

     Ver y compartir de nuevo con esta persona de la misma forma que antes por unas horas fue increíble, pero eso no era todo, se podía notar la felicidad de estar en el mismo sitio siendo tan natural, donde los oídos y las miradas eran todo, donde no ganaron las manos, saben a que me refiero. Ver la felicidad en alguien solo por tenerte cerca es algo brillante, un abrazo cerró todo, a lo que le siguió un " me arrepiento... ", a pesar de esto, nada podía cambiar, una noticia seguida cambió más la situación, ya era un punto final. 

     Pero, nadie lo puede imaginar, no fue esa la razón de todo, y es que comprendí el porqué de algunas preguntas; cuando tu familia te importa más que cualquier cosa y eres temerosos de ellos sin la seguridad de que puedes lograr algo y demostrarles que se equivocan toca cerrar o apartar lo que te puede hacer feliz, ellos jamás lo imaginarán. 

     Soy Venezolana, él es Peruano; al igual que yo tiene hermanos, dos, es el mayor, somos profesionales, de madres católicas, con sed de charlar, pensando en los demás, colaboradores, y muchas otras cosas que podría yo destacar acá pero no llevaría sentido; después de todo y aún creyendo que lo peor era "sentir algo mutuo y que no se pueda dar", resulta peor el saber que no ha sido ninguna razón anterior el impedimento, sino XENOFOBIA; sí, un rechazo de parte de la familia hacia mi persona por el hecho de ser venezolana, varía tal vez el pensamiento de que es una cultura y costumbres diferentes, pero para ser personas con profesión, madurez, principios y valores ¿es eso un impedimento? ¿sin conocerme antes? tal vez algunas chicas venezolanas se les conoce de mala manera, pero repito en la nacionalidad no está la personalidad, que absurdo me ha parecido anteponer eso de su parte. Señores vale decirles más que la felicidad no la dicta una nacionalidad, una relación puede cambiar cualquier cosa, no es algo de un juego, cuando la sinceridad y los sentimientos son mutuos y se lleva de la mano la comunicación, las dudas se responden con hechos no con límites. 

     Eres importante, eres valiente, siempre luchas, aplicas tus valores, me preocupas, tienes buen corazón, no juzgas, eres aguerrida... entre otras cosas dijo al mismo tiempo que le conocí, aunque mencionó alguna vez " En cualquier momento te querrás devolver a tu país ", siendo personas adultas con suficiente madurez cualquiera de estas cosas era algo de conversar, nada más. 

     Pero si la xenofobia es de mayor peso, debemos sembrar conciencia al respecto, no pensaba contar nada de esto, pero el punto descubierto es algo que me lleva a hacer

¿Cuánto puedes juzgar a alguien sin conocerle? 
¿Hace la nacionalidad a la persona? 
¿Que opinas de la diversidad? 
¿Porqué creerse superior si todos somos latinos? 
¿Miedo? ¿A qué? 

     Toda persona merece al menos una oportunidad, conocer a alguien va de hechos no del que dirán, no debemos juzgar a uno por todos, si ese fuera el caso, en Perú me robaron y no por eso todos son ladrones. Te invito a darte la oportunidad de conocer a una persona sin hacerle muralla antes, dentro de tu mismo país existen diversas costumbres y culturas, todos podemos aprender de los demás siempre cosas buenas, de corazón escucha sin juzgar, en la diferencia está lo especial. 

Como comer Arepa con Inka Kola. 

*Algunos te querrán por quien eres, otros te odiarán por la misma razón*

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