Recibir el año nuevo ausente...

     El tiempo pasa tan rápido estando lejos de casa que ni cuenta te das cuanto llega este día, nada se siente igual, nada es lo mismo no están, si no los escuchas, sí ese "que te pasa viejo año" no suena, aquel "cinco pa las doce" duele más. 

     Este año no ha sido tan lindo aunque inicié con tanto ánimo, sin embargo, conocí lindas personas, personas de buen corazón y estoy agradecida por ello, he tenido más lugares en mesas que no esperaba, aunque no los he ocupado, es difícil poder sentarte en otra mesa cuando las costumbres son tan distintas, cuando solo quieres estar solo, cuando quieres llorar. 
     He vivido dos navidades diferentes, en casa, la navidad se comparte en la mesa, con la cena, en familia, pero puedes no estar este día, siendo más significativo el recibimiento de año nuevo. En Venezuela la unión más importante es la del 31 de cada diciembre, es más simbólico, aunque se pregunten ¿Por qué? Es una razón corta, no sabes cuántos años más tendrás con tu familia, no sabes cuántas veces podrás abrazarlos; es compartir la alegría de haber tenido la dicha de gozar este año con su salud y juntos, tener la emoción de que iniciamos un nuevo año también así, compartir ese mismo sentimiento y estás mismas ganas de empezar un bonito año unidos, haciendo las tradiciones de costumbre entre todos.
      Lamentablemente, hoy por hoy, la mayoría estamos lejos de tener eso, lejos de sentir alegría cuando suene el cañonazo, unos llorarán, otros solo sonreirán, algunos otros se quedarán pensando mirando al cielo o tal vez bailen tomando como si no importara, pero, a todos nos duele igual. Las hallacas no son lo mismo, ni el ponche, ni el pan de jamón, tampoco el dulce o la ensalada, nada es lo mismo si ese abrazo grupal familiar no está, si ese radio no suena desde las 11:55 cantando "cinco pa las doce", no es lo mismo si no estamos juntos. 
     Otro año más, un año más donde no estoy en la mesa de mi mamá, comiendo junto a ellos mientras hablan de lo bueno que nos dejó el año, otro año más donde no estoy tomando la foto familiar, otro año más donde no brindamos juntos, donde no compartimos algo a los vecinos, otro año más donde no los puedo abrazar, otro año donde mi mayor deseo es que su salud Dios la mantenga sana para disfrutar con gozo cuando llegue el día de unirnos en familia, de darnos ese abrazo anhelado y vivir en esa mesa la alegría de estar juntos de nuevo, aunque curiosamente ese momento será memorable y en la mesa, espiritualmente estarán todas las personas que hemos conocido, que nos han abierto su corazón estos años cuando no estábamos con la familia. 
      Solo queda dar gracias, dar infinitas gracias a Dios por este año, pedirle por la salud de cada familia, de los padres que como los míos esperan el regreso de sus hijos, de los corazones que hoy están solos aunque estén acompañados. Y gracias a Dios por este año, que el próximo sea mejor. 
¡Feliz año nuevo para todos!
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